En aquel mar de sonrisas, abrazos y cantos de consignas victoriosas, fueron aún más significativas las lágrimas que Jesse Jackson, veterano líder de los derechos civiles, no fue capaz de contener. Comprendimos por qué lloraba Jesse, quien estuvo junto a Martin Luther King cuando cayó asesinado el 4 de abril de 1968. “Si el doctor King hubiese podido estar aquí, aunque fuese por un segundo, mi corazón se habría regocijado,” respondió a los reporteros que pidieron que explicara su llanto.
Recordó también a Medgar Evers, asesinado por un miembro del Ku Klux Klan en 1963, y a otros activistas que cayeron en la década de los 60’s. “La sangre de esos mártires hizo que esta noche fuera posible. No pude evitarlo, pensar que ésta era su noche.”
Ante esas palabras, recordamos las iniciales de su discurso en julio de 1988 en la Convención Demócrata en Atlanta, cuando fue por segunda vez candidato a la presidencia de la nación:
“Todos los que estamos aquí”, dijo Jackson en aquella ocasión, “creemos que estamos sentados. Pero en realidad estamos parados sobre los hombros de alguien.” Entonces procedió a presentar a Rosa Parks, “la madre del movimiento por los derechos civiles”, invitada de honor esa noche.
Ahora en el parque Grant, cuando el fruto de tantos sacrificios era la estremecedora realidad que el pueblo celebraba, las lágrimas de duelo y de gloria estaban más que justificadas. La larga y dura jornada no ha sido en vano. Hoy que Obama acepta la tremenda responsabilidad de hacer valer su promesa de “cambio en el que podemos creer”, no se apoya solamente en su recia voluntad: le respalda el ejemplo de muchos mártires y héroes, incluyendo el de la perseverancia de Jackson y de su esposa, acostumbrados a pasar el tiempo que fuera necesario en la cárcel cada vez que su presencia ha dado fuerza a una protesta por los derechos ciudadanos y por el derecho a defenderlos.
No olvidamos que la señora de Jackson, Jacqueline, sufrió prisión en Puerto Rico en 2001 por unirse a la resistencia que exigía el cese de los bombardeos sobre Vieques, isla puertorriqueña utilizada para ejercicios bélicos hasta el triunfo del pueblo en 2003, cuando la Marina de Guerra de EEUU se retiró definitivamente. Cuando el Reverendo Jackson quiso visitar a su esposa en la prisión federal, ella no aceptó el privilegio a menos que las visitas de familiares fueran concedidas a los demás luchadores encarcelados.
Durante esa gesta, en la que cientos de dirigentes y activistas borincanos fueron a prisión, participaron figuras como el Reverendo Al Sharpton, quien sostuvo huelga de hambre en una celda en Nueva York; y el abogado ambientalista Robert Kennedy Jr., quien conocío allí en la cárcel federal en Puerto Rico a su sexto hijo, Aidan Caohman Vieques Kennedy, nacido poco antes.
En la histórica campaña de Paz para Vieques destacaron, junto a líderes viequenses como Carlos Zenón e Ismael Guadalupe, héroes de muchas décadas de tesonera lucha, las gestas del líder nacional Rubén Berríos, del dirigente ambientalista Alberto De Jesús, del dirigente comunitario Robert Rabin, de los más distinguidos artistas borincanos y de dirigentes de todos los partidos políticos del país.
A ellos se unieron líderes sindicales como Dennis Rivera, congresistas como Luis Gutiérrez, representante boricua por Illinois, y amigos solidarios como el actor Edward James Olmos, quienes viajaron hasta las playas de la Isla Nena para afirmar los derechos de Vieques y de todos los boricuas.
No puede esta breve nota mencionar a los miles de dirigentes y activistas puertorriqueños, así como amigos que vinieron desde los EEUU, que se distinguieron por su heroísmo durante la campaña que finalmente logró la Paz para Vieques. Sólo hemos querido recordar momentos de ese triunfo de los derechos civiles en Puerto Rico junto al comentario en torno al llanto de Jackson que llamó la atención de los reporteros el martes en el parque Grant. Sabemos que muchas veces el aspecto humano y más profundo del acontecer político no llega a las primeras planas. De ese modo, si no se comprende la razón de ser de las lágrimas, tampoco se comprenderá la significación de la alegría en esos rostros que revelan, mejor que cualquier discurso, por qué los pueblos se abrazan, de manera tan vehemente, a la esperanza.
Nota:
El lunes 19 de abril de 1999, a las 7 pm, el joven viequense David Sanes Rodríguez, murió bajo una bomba Mark 82 de 500 libras lanzada por un avión de combate F-18 durante los ejercicios bélicos que realizaba la Marina de Guerra de EE.UU. David Sanes era un empleado civil, destacado como guardia de seguridad en Camp García, en Vieques, isla puertorriqueña utilizada como escenario de guerra para las maniobras dirigidas desde la base Roosevelt Roads que estuvo emplazada en la costa oriental de Puerto Rico hasta que la ejemplar resistencia pacífica
Referencias:
Artistas por la Paz en Vieques
http://www.youtube.com/watch?v=-k6bnuL9JzE
Siempre con Vieques
http://www.independencia.net/articulos/jrb_siempre_con_vieques.html
Barack Obama, Election Night Speech 2008
http://my.barackobama.com/page/community/post/stateupdates/gGx3Kc
Robert F. Kennedy Jr., Why are we in Vieques?
http://outside.away.com/outside/news/200110/200110vieques_1.adp
Arrests as Vieques exercises continue, 2001
http://news.bbc.co.uk/2/hi/americas/1394926.stm
Jesse Jackson, Keep Hope Alive, Democratic National Convention, Atlanta, 1988
http://www.americanrhetoric.com/speeches/jessejackson1988dnc.htm
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